domingo, 18 de septiembre de 2016

La Divina Proporción y la fachada del Mediodía



Dedicado a L. M. Auberson


¿Donde reside el misterio para que este enorme panel desornamentado nos atraiga y no canse nuestras miradas a pesar de sus espectaculares medidas? ¿Habrá algún escondido misterio geométrico? ¿Cúal será el secreto que guarda celosamente esta fachada, que justifique su desconcertante armonía? 
El arquitecto Chueca Goitia no dudó en calificarla como uno de los más grandiosos alardes que se han hecho en materia de desnudez arquitectónica, sosteniendo que en ella todo es puro, esencial, geométrico y rítmico. 
En un intento más por encontrar razones geométricas para esta perfección, L. M. Auberson, recientemente fallecido, escribió un interesante artículo en 1963 sobre el Monasterio y la Divina Proporción y, cuando llegó a la fachada de Mediodía, descompuso su panel en cinco rectángulos áureos, en los que la razón entre sus lados era, precisamente, Φ= 1,618, o sea la Divina Proporción. 
Sinceramente nos confesamos algo incrédulos sobre este asunto. En el mejor de los casos, aun asumiendo el posible desglose en rectángulos áureos, nos parece difícil que la armonía del conjunto pueda residir en la composición geométrica de las cinco figuras áureas. 
Sin embargo, aquel artículo abrió las puertas para que los investigadores, desde entonces, hallan buscado por toda la arquitectura escurialense las huellas de la Divina Proporción. 

(Del libro Claves para comprender el Monasterio de El Escorial, Manuel Rincón ÁlvarezEdUniversidad de Salamanca, 2007).
  

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