miércoles, 17 de enero de 2007

La botica




La botica se dispuso en un edificio separado del resto de las dependencias del monasterio y en ella  se preparaban los trabajos de destilación. Alambiques y retortas de las más sofisticadas de la época funcionaban allí sin descanso, siendo tratados en recipientes de vidrio y cobre todo tipo de drogas, hierbas, perfumes y medicamentos. Fue, verdaderamente, un centro de gran relevancia donde se experimentaron los enigmáticos procesos de la alquimia, tan a la usanza en aquella época.

Ocupó un rectángulo ajeno al cuerpo principal del edificio, vecina a la galería de Convalecientes y al lado del paso que comunicaba con la llamada casa de la Compaña. El recinto, en sus muros exteriores, mantiene hoy todavía su aspecto original, pero no así el interior, completamente reformado, en el que ya poco queda de la primitiva botica. Cuando entramos al jardín de los Frailes, pasamos por el patinejo donde podemos contemplar el pilón que era utilizado para las tareas boticarias.

Su construcción debió iniciarse en 1585, pero la botica no entró en funcionamiento hasta 1587. Al principio estuvo en los bajos de la torre de la Enfermería que hoy conocemos precisamente como de la Botica; después se decidió sacarla fuera del perímetro del monasterio y se albergó en el cuadrado que hemos descrito, liberándose así el convento y la hospedería de los desagradables olores expelidos y aprovechándose de un abundante próximo manantial de aguas.

No hay comentarios: