Por los
sótanos oscuros, poco transitados y casi ignorados en las cantinas
escurialenses, podemos descubrir los primitivos abovedamientos, rústicos y
sencillos unos, otros más elaborados, pero cuyo interés estriba en que todos
ellos fueron ensayos de los que se sirvió Juan Bautista de Toledo para experimentar
las soluciones que luego se implementarían por el resto de las dependencias
monasteriales. Probablemente, el recién nombrado nuevo arquitecto del rey no
estaría por aquellas fechas muy familiarizado con los tratamientos de la piedra,
dada su anterior experiencia italiana.
“La zona de sótanos del monasterio del Escorial es uno de los sectores más complejos y fascinantes de la fábrica y de ello ya fue consciente el mismo Juan de Herrera el cual hizo planta y pensó grabar todo ese sector como una pieza más de la colección de estampas.”
Con estas líneas comienza Agustín Bustamante la descripción de los sótanos del monasterio en su obra la Octava Maravilla del Mundo.
Perdidas
por esas cantinas y pasadizos se pueden rastrear muchas de estas bóvedas, de
todos los tamaños, algunas muy pequeñas, pero todas con despieces diferentes y
planteamientos originales, que luego veremos ya formalmente reproducidos en los
pasillos laterales de la basílica y en otras dependencias monasteriales. Según
el mismo Bustamante;
“la
impresionante tectónica de todos estos espacios abovedados, con unos despiezos
y monteas espectaculares, hacen de toda la zona de sótanos un verdadero mundo
arquitectónico, único en su poderío”.
El mismo Herrera en sus estampas ya reflejó la existencia de estos sótanos, y así, en el Tercer Diseño aparecen los subterráneos de los claustros chicos del Convento, así como los que están en el Colegio y en el antiguo Seminario. Lo mismo sucede con el Cuarto, Quinto y Sexto Diseños.
Tercer Diseño
En las
cantinas del convento, por tanto, se ensayaron diferentes modelos de bóvedas.
La tosquedad en el pulido revela que estas soluciones estaban destinadas o bien
a zonas de servicios o bien a ser meras tentativas. Nos encontraremos bóvedas
de todos los tamaños, algunas muy pequeñas, pero todas con despieces diferentes
y planteamientos originales, algunos de los cuales luego veremos ya formalmente
reproducidos en los pasillos laterales de la basílica y en otros sitios del
monasterio. En la figura vemos tres ejemplos de bovedillas localizadas en los
sótanos, una de ellas con tres hiladas cuadradas, la del centro con una
original forma de cruz y la tercera con cuatro hiladas circulares mas la clave
central; anotamos que la primera y la tercera se corresponden con descripciones
del tratado de estereotomía de Vandelvira.
Dice Sigüenza en su Fundación:
Varios estudiosos
–Kubler, entre otros- se han referido a este entramado de sótanos, pero la
descripción más pormenorizada nos la dejó el cronista Almela, durante los
primeros tiempos del monasterio:
“Son todas estas tres bóvedas tan anchas y largas y tan altas
que cada una podría servir de cuerpo de Iglesia harto principal de cualquier
pueblo porque tiene cada una de ancho veintinueve pies y de largo ciento diecisiete.”
“Y por la mano izquierda van y suben por unas gradas a otra
bodega de vinagre de diecisiete tinajas grandes. Y hay una correspondencia que
atraviesa todo el patio (de Reyes) hasta el colegio para servirle y proveerle y
comunicarle lo necesario para su ministerio.
Pilas para lavar el pescado
Entre otras, hacia el centro del paño de mediodía descubrimos
una bóveda plana qué es muy parecida a la famosa del sotacoro y que, con toda
probabilidad sirvió de ensayo para ella. También está construida con dovelas
dispuestas en círculos concéntricos, aunque esta tiene arcos de apoyo.
En realidad,
abovedamientos interesantes se encuentran por todo el lado sur del edificio,
llegando hasta los sótanos del palacio, debido a que, por los cambios
introducidos en el siglo XIX en el Panteón de Infantes, se perdieron las
primitivas soluciones arquitectónicas.
Referencia:
Claves para comprender el Monasterio de San Lorenzo de El
Escorial. Ed. Universidad de
Salamanca, Manuel Rincón, 2007
Arquitectura y Geometría en el Monasterio, Ed. Cocheras del Rey, Manuel Rincón, 2012.